Lo que la tecnología está haciendo con nuestros niños: ansiedad, agresividad y aislamiento

Un estudio revela los impactos negativos del uso excesivo de pantallas en niños y adolescentes, como ansiedad, agresividad y aislamiento social. Descubre cómo proteger a los jóvenes.

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Equipo Spark Tech

4/30/20254 min leer

Criança com celular
Criança com celular

El impacto de la tecnología en el comportamiento infantil

El acceso temprano y prolongado a la tecnología digital se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los especialistas en salud infantil. Las tabletas, teléfonos móviles y computadoras están cada vez más presentes en la vida diaria de los niños desde una edad temprana. Si bien estos dispositivos ofrecen beneficios educativos y recreativos, el uso descontrolado puede generar problemas graves en el desarrollo emocional, físico y social.

Según una encuesta reciente de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), publicada en colaboración con el Ministerio de Salud, el uso excesivo de pantallas entre niños y adolescentes está directamente asociado con el aumento de trastornos como ansiedad, depresión y agresividad. El estudio, que analizó a más de 10,000 jóvenes de entre 10 y 17 años en todo el país, reveló que más del 68% de los encuestados informaron un uso de pantallas superior a seis horas diarias fuera del horario escolar.Sparktechnews01

Trastornos de ansiedad y depresión

La exposición prolongada a contenidos digitales, redes sociales y juegos en línea contribuye al inicio y empeoramiento de trastornos de ansiedad generalizada. Los niños que pasan muchas horas conectados suelen mostrar dificultad para concentrarse, irritabilidad y problemas de sueño.

Según la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP), el uso de dispositivos electrónicos está asociado con una disminución en la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores responsables de la sensación de bienestar, especialmente cuando el uso reemplaza actividades físicas, interacciones sociales y juegos al aire libre.

Además, el ciclo constante de notificaciones, "me gusta" e interacciones digitales crea un estado de alerta permanente, lo que aumenta el nivel de estrés y dificulta la autorregulación emocional, impactando directamente en la salud mental de los más jóvenes.

Comportamientos agresivos e impulsivos

Otro aspecto alarmante señalado por los especialistas es el aumento de la agresividad entre los niños que consumen contenidos violentos con frecuencia. Juegos competitivos con escenas de guerra o plataformas con discursos hostiles pueden generar desensibilización emocional y comportamiento imitativo.

La psicóloga infantil Claudia Xavier, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), afirma que "los niños en formación aún no tienen la madurez cognitiva para diferenciar la realidad de la ficción en muchos casos. Esto los hace más vulnerables a la influencia del contenido digital".

Además, el uso continuo de pantallas puede afectar el desarrollo de la empatía y la comunicación interpersonal. El niño que interactúa mayormente con máquinas desarrolla menos habilidades de convivencia, resolución de conflictos y control de la frustración.

Aislamiento social y perjuicios en el desarrollo

El aislamiento social es otro efecto grave relacionado con el uso excesivo de la tecnología. Muchos jóvenes prefieren el entorno virtual a las actividades presenciales, lo que reduce significativamente sus habilidades sociales. La falta de contacto físico y emocional con otras personas interfiere directamente en la formación de la identidad y la autoestima.

Investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya alertaban, incluso antes de la pandemia, que los niños de hasta 5 años deberían tener menos de una hora al día de exposición a pantallas. Sin embargo, los estudios postpandemia muestran que este tiempo ha más que triplicado en muchos hogares debido al aprendizaje remoto y el uso recreativo.

El impacto también se extiende al desarrollo físico: el sedentarismo provocado por el tiempo excesivo frente a las pantallas está relacionado con el aumento de la obesidad infantil, problemas posturales y trastornos del sueño.

El papel de los padres y cuidadores

Los especialistas señalan que el equilibrio es clave. La tecnología, cuando se usa de manera consciente y mediada por adultos, puede ser una gran aliada en el aprendizaje y la creatividad. Sin embargo, la falta de reglas y supervisión puede llevar a consecuencias graves.

La SBP recomienda que los padres:

  • Establezcan límites claros de tiempo frente a las pantallas según la edad del niño;

  • Prioricen contenidos educativos y adecuados para la franja etaria;

  • Fomenten actividades físicas y juegos presenciales;

  • Supervise de cerca lo que sus hijos están accediendo;

  • Eviten el uso de pantallas durante las comidas y antes de dormir.

Otro punto fundamental es el ejemplo: los niños observan el comportamiento de los adultos. Cuando los padres y cuidadores también usan la tecnología de manera equilibrada, los niños tienden a imitar estas actitudes.

¿Qué dicen los educadores?

Los maestros y pedagogos también reportan cambios en el comportamiento de los alumnos en el aula. Hay un aumento significativo de dificultades de atención, hiperactividad y comportamientos disruptivos.

“El alumno está acostumbrado a estímulos rápidos, como videos cortos y juegos con recompensas instantáneas. Esto perjudica la capacidad de esperar, escuchar y concentrarse en tareas que requieren razonamiento más lento o profundo”, afirma la pedagoga María Lúcia Alves, con 20 años de experiencia en la educación primaria.

Según ella, es necesario retomar las prácticas de lectura, diálogo y construcción colectiva de conocimiento, que no compiten con la velocidad del digital, pero promueven conexiones humanas más significativas.

Caminos posibles: tecnología con conciencia

La tecnología no es, por sí sola, la villana. El problema radica en el uso exagerado, sin orientación ni equilibrio. Las plataformas educativas, las aplicaciones que fomentan la creatividad y los juegos colaborativos pueden utilizarse de manera saludable, siempre que se inserten en una rutina estructurada y equilibrada.

También son necesarias políticas públicas. La ampliación de espacios públicos de recreación, campañas de concientización y la formación de docentes para lidiar con los impactos digitales son medidas fundamentales.

Además, el apoyo psicológico para los niños que ya muestran signos de sufrimiento emocional debe ser inmediato, con acceso a atención especializada tanto en la red pública como privada.

Consideraciones finales

El avance tecnológico es inevitable, pero corresponde a la sociedad —especialmente a los adultos responsables— enseñar el uso responsable y consciente de las herramientas digitales. Solo así será posible garantizar que nuestros niños crezcan con una salud emocional, física y social equilibrada.

Los datos presentados en este artículo deben servir de alerta, pero también como incentivo para el cambio. Con orientación, empatía y diálogo, es posible transformar la relación de las nuevas generaciones con la tecnología en algo realmente positivo.

Fuente: Fundación Oswaldo Cruz / OMS / Unifesp

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